«Pan de aquí, horno y tradición» una marca muy nuestra

La marca colectiva «Pan de aquí, horno y tradición» identifica los establecimientos que elaboran pan tradicional, aquellos que realmente son panaderías con obrador, de Mallorca, de Menorca, de Ibiza y de Formentera, y que ofrecen las variedades de pan de payés (blanco o moreno), pan de xeixa, llonguet, panecillo de aceite, magraneta, viena, galleta de aceite, coc de Ciutadella o galletas fuertes de Ibiza.

El pan de aquí, de las Illes Balears, tiene una historia milenaria y una tradición singular que nos identifica como tierra de hábitos alimentarios, donde el pan es el eje de la comida más popular: el pan con aceite, el pan con sobrasada, las galletas de aceite, el pancuit (sopa de ajo), las sopas, y otros muchos.

Uno de los objetivos principales de la marca es poner en valor estos panes, sus atributos, su versatilidad, sus beneficios e incentivar el consumo responsable en un mercado globalizado. La industrialización del «pan» precocinado y congelado y su comercialización desde establecimientos no especializados provoca una pérdida del protagonismo del pan de horno tradicional y del vínculo social del panadero o panadera con el consumidor. Otros objetivos que justifican la creación de la marca «Pan de aquí» y las actuaciones de la Agencia de Desarrollo Regional de las Islas Baleares (ADR Baleares) junto con la Asociación de Panaderos y Pasteleros de las Illes Balears, son preservar el patrimonio gastronómico vinculado a nuestras costumbres, celebraciones y festividades, dignificar el oficio de panadero al ámbito gastronómico y también al social, incentivar la formación profesional de panadería y pastelería y el relevo generacional, y dar a conocer los valores del pan artesano, del día, natural y hecho aquí. Esto y más, es necesario para el futuro de este subsector que forma parte de nuestra economía.

He tenido el placer de ser hasta hace unos meses el gerente de la Asociación de Panaderos y Pasteleros de las Illes Balears, un trabajo al cual me he dedicado en cuerpo y alma durante casi cuarenta años, hasta mi jubilación. Ha sido un trabajo gratificante por lo que representa para mí poner en valor el mundo de la panadería, y también a veces duro, no os mentiré, sobre todo cuando ves que los hornos de toda la vida cierran por falta de relevo generacional.

Desde el principio, este mundo de la panadería que todavía desconocía supuso para mí un reto, aunque he acabado apreciando y estimando dicha actividad. Durante todos estos años he conocido a personas muy implicadas con el trabajo bien hecho. También me llevo grandes amigos que lo serán para siempre y con los cuales he vivido un montón de anécdotas. Para terminar, quiero reconocer también a todos estos panaderos y panaderas que con su dedicación diaria nos hacen llegar a casa el pan recién hecho, la repostería tradicional que podemos encontrar durante todo el año, además de los productos típicos que se elaboran para las ocasiones especiales y las festividades que hacen que no nos olvidemos de nuestras tradiciones.

 Solo me queda dar las gracias a todos los que me habéis ayudado a hacer posible la Asociación de Panaderos y Pasteleros durante todo este tiempo.

Pep Magraner ha gestionado durante 39 años la Asociación de Panaderos y Pasteleros de las Islas Baleares